VER LAS REALIDADES
Por José Vicente Lumbreras Martín, Director Técnico de
DCI (1)
Fecha de edición: ABR12
Fecha de edición: ABR12
Los
Sistemas de Combate, en mayor o menor medida, buscan el desarrollo de las
capacidades de enfrentamiento. En unos casos son adornadas, ya sea con un toque
deportivo, artístico, lúdico, etc., pero la esencia más profunda presenta el
enfrentamiento como el punto de partida. Elementos que aprovecha DCI, como los
Cuatro Pilares (Principios de DCI, Pirámide del Empleo de la Fuerza,
Comunicación No Violenta y Esquema de Combate PNF)(2) o TTP de
carácter no clasificado empleadas en FAS y FCS(3), también mantienen
como fondo el enfrentamiento.
Las realidades de la vida incluyen el enfrentamiento en sus múltiples
manifestaciones; nos enfrentamos al medio para adaptarnos a él y modificarlo de
acuerdo a nuestros intereses; nos enfrentamos a los demás cuando opositamos a
una plaza en un centro o a un puesto de trabajo, cuando participamos en una
competición, cuando alguien nos clasifica entre otros y decide quién es más
idóneo para lo que busca (trabajo, pareja, etc.). La competición no es ni buena
ni mala, es simplemente necesaria en determinadas situaciones y, por tanto, resulta
imprescindible prepararse para una realidad que constantemente se nos plantea
en la vida.
El éxito (eso que algunos llaman “suerte”) es la sutil combinación de
la preparación con la oportunidad, por lo que sólo si estamos preparados
podremos lograr el éxito cuando la oportunidad llegue, ya sea en encontrar
trabajo, pareja… o resolver una situación de riesgo.
El
riesgo sólo tiene tres formas de ser gestionado. Puede ser superado,
cuando se alían, como ya he comentado, la preparación y la oportunidad; también
puede ser minimizado, cuando en ese momento no tenemos capacidad para
resolverlo totalmente pero podemos limitar sus consecuencias; en último caso,
sin no podemos enfrentarnos a él, es decir, no estamos preparados, hay que asumirlo.
Sin embargo, en general, la mayoría de las personas gestionan los riesgos en
cualquiera de sus manifestaciones
(felicidad, salud, relaciones, economía, etc.) del modo más
peligroso, que es ignorándolo. Un claro ejemplo de ello está relacionado
con la seguridad en la carretera y la ingesta de alcohol y otras drogas. Como
el ser humano parece que tiene la facultad de ocultarse ante lo evidente, da la
casualidad que, tras la aparición en Australia de un anuncio publicitario sobre
seguridad en la conducción(4), donde se muestra la realidad de los
accidentes de tráfico, se produjo un claro descenso en el consumo de sustancias
peligrosas previamente a la conducción. En este sentido y en muchos otros, como
la seguridad personal, los padres y educadores somos responsables de hacer comprender
a nuestros hijos y alumnos acerca de las realidades a las que se deben
enfrentar en la vida(5), es decir, la verdad sobre las cosas. El
deporte en general es un gran maestro para enseñar lo que cuesta superarse a sí
mismo, superar a los demás y alcanzar metas. Las personas que dicen que “lo
importante es participar” sólo tienen razón si realmente no les importa en
absoluto ganar, es decir, cuando el resultado en relación con los demás les es
indiferente, participan por el placer (o sentido del deber) de participar, nada
más… y nada menos(6); porque si el resultado en relación con los
demás es importante, entonces ganar es importante. Y no deseo extenderme más en
este tema, ya que por evidente, si alguien no lo entiende, probablemente es
porque no quiere entenderlo.
Por
todo ello, el aprender a enfrentarnos, como método general, es una de las
estrategias básicas que debemos aprender y, si está en nuestra mano, enseñar.
Saber superarse y superar los riesgos, minimizarlos o asumirlos, son lecciones
que nos da la vida, pudiendo enfrentarnos a ellas desvalidos o preparados, sin
saber qué hacer o con recursos aprendidos y, sobre todo, manteniendo un marco
donde poder estructurar nuestros principios(7). Si meditamos sobre
esto podremos comprender la importancia que tiene una educación real sobre la
vida, evitando tópicos que no son útiles y, en muchos casos, no son ciertos,
llevándonos por la vía de la ignorancia voluntaria ante las realidades de la
vida.
Agradezco
a mis Maestros y Alumnos a tener la oportunidad de poder compartir estos
conocimientos que, espero, puedan ser de utilidad.
NOTAS
Además de la información adicional aquí referenciada,
puede ampliarse información en la web de DCI www.defcomint.com o contactar en defcomint@hotmail.com.
Las imágenes que aparecen en este artículo corresponden a
los Cursos Operativos a Distancia de DCI (www.defcomint.com/CurOpDis).
(3) Tácticas, Técnicas y Procedimientos de Fuerzas Armadas y Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad que no están sujetas a niveles de confidencialidad o
restricción de divulgación.
(5) Es interesante leer la obra de Krishnamurti
“pedagogía de la libertad”, donde se insta a profesores a explicar la realidad,
de una vez por todas, a los alumnos, hacerlos responsables de sí mismos.
(6) Actuar por el impulso convencido de hacer
las cosas como es debido, cumplir con nuestro deber, con nuestros propósitos,
en resumen, mejorar o “competir para vencernos a nosotros mismos”, es decir,
caminar en la vía del bien responsable (www.defcomint.com/Kyo).
(7) En DCI, además del marco legal de
actuación, que puede permitirnos resolver una situación “de acuerdo con lo que
demanda la sociedad”, incluimos nuestro Marco Moral (www.defcomint.com/MarcoMoral.htm), que nos permite actuar “de acuerdo con lo que demanda nuestro ser
interno más elevado”.
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